
He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?
Jeremías 32:27
Al ser el "Dios de toda carne", Su plan de redención y restauración no se limita a nosotros. Él tiene un propósito para las naciones, para los pueblos no alcanzados, para los quebrantados del mundo. ¿Cómo encaja tu vida, tu llamado, tu iglesia, en ese gran plan de Dios para toda la humanidad? Él está moviendo piezas, abriendo puertas, y levantando ejércitos de adoradores y evangelistas para el cumplimiento de Su Reino en la tierra. Nada es demasiado difícil para Él para llevar a cabo Su gran plan.
Este versículo es un despertador. Nos desafía a salir de nuestra mentalidad de "lo posible" según nuestras limitaciones, y a entrar en la dimensión de "lo imposible" que es posible para Dios. Si te sientes abrumado por la magnitud de un problema o por la dificultad de un sueño, la voz de Dios resuena hoy para ti: ¿Hay algo que sea difícil para mí? No, Él está listo para hacer cosas más grandes de lo que podemos imaginar.
Hermanos, la palabra de Dios hoy es una inyección de fe y una invitación a la esperanza. Jeremías 32:27 no es solo una pregunta, es una revelación. Nos recuerda que nuestro Dios no está limitado por nuestras circunstancias, por nuestras capacidades, ni por la lógica humana. Él es el Dios de lo imposible. Si hay algo en tu vida hoy que te parece una fortaleza inexpugnable, un problema sin solución, un sueño inalcanzable, o si miras el estado del mundo y te sientes desesperanzado, escucha la voz de Jehová, el Dios de toda carne, que te pregunta: "¿Habrá algo que sea difícil para mí?"
La respuesta es un rotundo y glorioso: ¡NO! Nada es demasiado difícil para el Creador de los cielos y la tierra. Levanta tus ojos, alza tu voz en fe, y atrévete a creer que lo que es imposible para el hombre es perfectamente posible para Dios. Permite que esta verdad te impulse a una nueva dimensión de fe, donde tus oraciones sean más audaces, tus sueños más grandes, y tu esperanza inquebrantable. Porque Él es el Dios de toda carne, y para Él, nada es difícil. ¡Amén!
Dios te Bendiga.






















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