Amado Padre Celestial, Dios de la noche y del día, Creador de todo lo visible e invisible, nos acercamos a ti en este bendito anochecer, mientras el sol se despide y las sombras de la quietud comienzan a abrazar el mundo. Con un corazón rebosante de gratitud, venimos a darte infinitas gracias por este día que hoy llega a su fin.
Gracias, Señor, por el inestimable regalo de la vida misma, por el aliento que nos sostuviste en cada momento desde el despertar hasta este instante. Gracias por la luz que iluminó nuestro camino, por el calor del sol, por el alimento que nutriste nuestro cuerpo y por el techo que nos dio refugio.
Agradecemos, oh Dios, por cada pequeña bendición que quizás dimos por sentada: por la taza de café caliente al amanecer, por el aire puro que respiramos, por el canto de los pájaros, por la brisa fresca, por la belleza de Tu creación que se manifestó en los colores del atardecer o en una flor inesperada. Gracias por la salud, por la fuerza para cumplir con nuestras tareas y por la capacidad de pensar, sentir y amar.
Gracias por las personas que cruzaron nuestro camino hoy, Señor. Por la familia que nos ama y nos apoya, por los amigos que nos brindaron una palabra de aliento o una sonrisa, por los colegas con quienes compartimos responsabilidades. Bendíceles a cada uno, Padre, y derrama sobre ellos Tu gracia y Tu paz.
También te damos gracias, Señor, por los desafíos y las pruebas que enfrentamos en este día. Sabemos que en cada dificultad hay una lección que aprender, una oportunidad para crecer en fe, paciencia y resiliencia. Gracias por Tu mano que nos sostuvo en los momentos de incertidumbre, por Tu sabiduría que nos guio en las decisiones difíciles y por Tu consuelo que nos abrazó en la tristeza o la frustración. Reconocemos que incluso en aquello que nos pareció adverso, Tu propósito de bien estaba obrando.
Padre, en este momento de quietud, también te pedimos perdón por nuestras faltas y errores. Si hoy dijimos una palabra sin pensar, si actuamos con egoísmo o impaciencia, si juzgamos sin comprender, si dejamos de hacer el bien que pudimos haber hecho, o si nuestra fe vaciló en algún momento, te rogamos que nos laves con la sangre de Cristo y nos renueves con Tu Espíritu Santo. Limpia nuestros corazones, purifica nuestras intenciones y restaura nuestra comunión contigo.
Ahora, mientras nos preparamos para el descanso, te entregamos nuestros pensamientos, nuestras preocupaciones y todas las cargas que podamos llevar. Te pedimppppppos un sueño reparador y profundo, que renueve nuestras fuerzas físicas, mentales y espirituales. Que el murmullo de Tu paz arrulle nuestras mentes y que el manto de Tu amor cubra nuestros sueños. Aleja toda pesadilla, todo temor infundado, toda ansiedad que intente robar nuestra tranquilidad.
Te pedimos que guardes y protejas nuestro hogar y a todos los que en él habitan. Que Tus ángeles acampen a nuestro alrededor, velando y cuidando mientras dormimos.
Miramos hacia el mañana, Señor, con esperanza y confianza en que Tu fidelidad es nueva cada mañana. Te entregamos el día que vendrá, pidiendo Tu dirección, Tu sabiduría y Tu fuerza para cumplir con Tus propósitos. Que al despertar, nuestro primer pensamiento sea de alabanza y gratitud a Ti, y que todo lo que hagamos sea para Tu gloria.
Gracias, Señor, porque Tu amor es eterno, Tu misericordia es infinita y Tu fidelidad nunca falla. Confiamos en Ti para esta noche y para todos nuestros días.
En el nombre de Jesús, nuestro Salvador y Redentor.
Amén. 🙏🙌
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