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Oración de Protección Basada en el Salmo 91

Oración de Protección Basada en el Salmo 91

Amado Padre Celestial, Dios Altísimo, Protector y Refugio..

Hoy vengo ante Tu presencia, no con miedo, sino con la confianza y la fe que Tú mismo inspiras a través de Tus santas Escrituras. Mi alma se eleva al recordar las poderosas verdades reveladas en el Salmo 91, y deseo hacerlas mi propia declaración de fe ante Ti en este día.

Señor, yo elijo habitar bajo la cubierta de Tus alas. Me refugio en el lugar secreto de Tu presencia, el sitio donde la ansiedad se disipa y la paz de Tu Espíritu reina. Reconozco que Tú eres mi refugio inexpugnable, mi fortaleza inquebrantable, y mi Dios en quien confío plenamente. Declaro hoy que bajo Tu sombra poderosa, mi alma halla descanso verdadero y mi espíritu encuentra seguridad.

Te doy gracias, oh Señor, porque Tú eres fiel para librarme de la trampa del cazador, de toda artimaña del enemigo que busca robar mi paz, mi gozo o mi propósito. Gracias porque me rescatas de la peste destructora, de toda enfermedad, de toda aflicción que intenta debilitar mi cuerpo o mi espíritu.

Cúbreme, Padre, con Tus plumas divinas. Que bajo Tus alas encuentre mi más seguro refugio, y que Tu verdad inmutable sea mi escudo y mi adarga. No temeré el terror de la noche, pues Tu luz disipa toda oscuridad. No me alcanzará la flecha que vuela de día, porque Tu protección me rodea. No me asustará la pestilencia que acecha en la oscuridad, ni la destrucción que asola al mediodía, porque Tú eres mi guardador constante.

Aunque caigan mil a mi lado, y diez mil a mi diestra, declaro con firmeza que nada de esto me tocará. Con mis propios ojos veré el cumplimiento de Tus promesas, y la justicia de aquellos que se apartan de Ti, pero mi morada está segura en Ti.

Porque Tú, oh Jehová, eres mi esperanza. Porque al Altísimo he puesto por mi habitación y mi refugio, yo confío plenamente en que ningún mal me sobrevendrá. Ninguna plaga, ninguna aflicción inesperada se acercará a mi morada, a mi familia, a mis bienes, a mi salud.

Sé que a Tus ángeles mandarás acerca de mí, para que me guarden en todos mis caminos. Que ellos me levanten en sus manos para que mi pie no tropiece en piedra, ni caiga en tentación. Fortaléceme, Señor, para pisar sobre leones y cobras, para hollar a los leoncillos y serpientes; que cada obstáculo, cada adversidad, cada ataque espiritual o físico sea vencido por Tu poder a través de mí.

Gracias, Padre amado, porque me has amado y me he aferrado a Ti. Por eso, Tú prometes librarme. Tú prometes ponerme en alto, porque conozco Tu Nombre y confío en Tu carácter.

Cuando te invoque, sé que me responderás, Señor. Tú estarás conmigo en la angustia, no me abandonarás. Prometes librarme de la tribulación y honrarme. Con larga vida me satisfacerás, no solo en cantidad de días, sino en calidad de vida, llena de Tu propósito y plenitud. Y sobre todo, me mostrarás Tu salvación, en cada paso y hasta la eternidad.

Gracias, Señor, por estas promesas inquebrantables. Mi fe se fortalece al saber que estás siempre a mi lado, mi Buen Pastor, mi Refugio, mi Fortaleza.

Te alabo y te doy gracias en el nombre de Jesús, mi Salvador y mi Señor.

Amén.

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